Capilla para Dos
Año
Ubicación
2015
Cañon Buenavista, Ensenada B.C. México
Categoría
Iglesia
Responsable
Saúl Eduardo Sánchez Atondo
Colaborador
/
Capilla para Dos
Inmersa en un paisaje privilegiado. El cliente pidió erigir una capilla en honor a dos seres queridos fallecidos recientemente.
Un camino de piedra sirve de acceso al conjunto. El conjunto lo recibe a uno con el leve sonido de una fuente que perturba el reflejo de un espejo de agua, la intención es invitar al visitante a entrar en un estado introspectivo.
El espacio cuenta con una pequeña banca para que la persona pueda permitirse unos segundos consigo mismo; mientras, el sonido continuo del agua cayendo lo ayuda a olvidarse del tumulto exterior.
Después del espacio introspectivo, el siguiente recinto (atrio) se diseñó con la intención de que la persona cambie lentamente de su estado introspectivo a un estado contemplativo. Para lograr esto, se utilizó una envolvente de acero corten con un gran ventanal que impacta de golpe al visitante, permitiéndole contemplar la belleza del paisaje en completo silencio. El propósito es evocar la fragilidad del ser humano frente a la grandeza de Dios, el objeto artificial frente al paisaje natural. Un espacio que te prepara y sirve de antesala para entrar a un recinto sagrado.
Saliendo del espacio contemplativo, uno se encuentra de nuevo con el paisaje a cielo abierto y un gran espejo de agua a los pies. En este momento el visitante tiene la opción de entrar a la capilla o de ir a una pequeña banca al final del camino para contemplar nuevamente el paisaje.
La capilla se accede por un estrecho vano que -intencionalmente- limita la entrada de luz al interior. Un ambiente oscuro sirve para apreciar el contraste entre la luz y la sombra. La piedra de la capilla le da al lugar una cualidad atemporal, como si se tratara de una cueva natural o un sobrio refugio que surge del paisaje: un espacio sacro. Esta sensación se incrementa mientras uno desciende por una escalinata, y se vuelve evidente cuando descubre el techo aplastante de la capilla que apenas permite a una persona mantenerse en pie en la parte más baja.
A la izquierda se halla una estrecha ventana que se encuentra a la altura de un observador sentado, ésta permite apreciar las montañas y, por la posición, el espejo de agua del exterior refleja el cielo.
Al centro, un modesto altar. A la derecha, uno encuentra un elemento de agua del cual nace una sencilla Cruz que bendice el agua de todo el conjunto (la cual se utilizará para riego de cultivo). Detrás de la cruz, surgen -también del agua- Dos rayos de luz que se proyectan hacia el cielo; dos rayos que se abren paso a través de la oscuridad del recinto sagrado. Entonces todo se vuelve claro: Dos almas encontraron la paz.










